Adoptando una prespectiva a vista de pájaroi, Alejandro Quincoces parece querer plasmar los paisajes urbanos contemporáneos en el momento mismo en el que el desastre desciende sobre el atareado bullicio. Pinta Barcelona, Bilbao, Chicago, Grozni o Nueva York y en todas ellas se ocupa de las autopistas, los postes eléctricos, los muelles vacíos. El tránsito de energía, de personas y de mercancías aparece por todas partes igualmente condenado por una secreta dislocación que lo hace fracasar de antemano la promesa de libre movimiento que ha significado siempre la ciudad se adormece aquí bajo la atmósfera tóxica de prolongado crepúsculo. Quincoces es el paisajista de nuestro presente desesperanzado.
De su biografía podemos transcribir:
Alejandro Quincoces (Bilbao, 1951) Los comienzos de su trayectoria son completamente autodidactas. Se inicia como diseñador gráfico en varias agencias de publicidad. De esta época el artista recuerda el grado de exigencia y “la posibilidad de educar la mano con rapidez”. Posteriormente entra en la Asociación Artística Vizcaína y poco a poco empieza a centrarse en su faceta más artística. Se suceden los concursos de pintura, los premios y las exposiciones en galerías nacionales e internacionales (Italia, Francia, Alemania, EE.UU, Inglaterra…).Premio BMW, Feria internacional de Florencia...Su tierra ha inspirado desde siempre la temática de la obra. Paisajes urbanos sin presencia humana, la ría de Bilbao, los ambientes industriales, el agua y en definitiva el entorno inmediato del autor marcan el asunto.