"Saber sin mí"  se expone en Tabacalera (MADRID), mostrando el trabajo de nueve artistas que transmiten situaciones, antes que objetos artísticos. Se integra en un proyecto más amplio: "En el ejercicio de las cosas", ideado como una única exposición desplegada en ocho sedes de la ciudad de Madrid. En cada una de las sedes emerge una serie de aspectos que este conjunto de obras y artistas aportan. Por este motivo los comisarios, Sonia Becce y Mariano Mayer, han dado un título general y un subtítulo para cada sede, a fin de señalar lo particular y lo horizontal que este conjunto de piezas y nombres ofrece.

En Saber sin mí, los cambiantes modos de relación que se dan entre lo personal y lo colectivo, hacen de la ficción sexual y su correlato erótico una herramienta de autoaprendizaje. El cuerpo privado, el cuerpo que se hace público y se exhibe, el cuerpo que da indicios de deseo y el cuerpo enajenado que experimenta el placer en sus límites, pero, sobre todo, el cuerpo que se exalta como territorio de experiencia se perfilan como una forma identitaria.

La huella, más simbólica que física, en la que “el dolor se ha transformado en energía” deja entrever la relación entre la marca, el ritual y la repetición (Osías Yanov). La marca corporal en su versión informe aparece también cuando la materia pregnante que el erotismo destila, alejado de todo centro de gravedad, dispone un tipo de detención (Paula Castro, Marcelo Galindo, Eduardo Costa). La vacilación deliberada entre indicio, presencia y ausencia conduce a algo que salió de cuadro. Donde ahora hay un catálogo de objetos antes hubo interacciones, partes antes que totalidades (Carlos Herrera). Los cuerpos parciales, teñidos de colores flúor y ataviados por luces de neón dejan a la intemperie la distancia que provoca la empatía cuando no actúa sobre el cuerpo sufriente. Es el locus en el que la violencia se materializa, se pone en escena y se desarma (Nicanor Aráoz). El desborde multigenérico y la asignación sexual indeterminada aparece en figuras mentales donde el cuerpo es un instrumento de visión capaz de ser asimilado por el ambiente (Santiago De Paoli). Estas variaciones corporales descubren proporciones, morfologías, pero también la relación animal y no lineal entre cuerpo y mundo (Mariana Tellería, Santiago García Sáenz).


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